lunes, 15 de febrero de 2010

El mágico mundo de Miyazaki

El mágico mundo de Miyazaki
Chihiro, la niña de 10 años, heroína del viaje
fantástico para salvar a sus padres

La reciente reedición de El viaje de Chihiro (SBP) y el inminente lanzamiento de Ponyo y el secreto de la sirenita (AVH) devuelven a los primeros planos a uno de los grandes maestros de la animación japonesa como Hayao Miyazaki, que a partir de su producción al frente de los estudios Ghibli ha sido reconocido por unanimidad (incluso por sus colegas norteamericanos de Pixar y Disney) como el artista más influyente del género.

El viaje de Chihiro que le valió a Miyazaki el Oscar a la mejor película animada y el Oso de Oro del Festival de Berlín de 2002 se consigue en una nueva edición que permite apreciar en toda su dimensión la riqueza técnica, el talento formal, la inagotable creatividad y la profundidad temática que este director de 69 años ya había demostrado en otras joyas como Mi vecino Totoro y La princesa Mononoke.

El viaje de Chihiro es una combinación entre las distintas formas del arte japonés, que van desde el animé hasta el manga, pasando por las máscaras del teatro kabuki, las milenarias leyendas de la mitología retomadas por la literatura y las particulares técnicas de los pintores clásicos, y otras miradas más occidentales, como Alicia en el país de las maravillas, las aventuras de Charles Dickens o el sentido épico y ecologista de las novelas de J. R. R. Tolkien.

La película arranca con el viaje que una típica familia contemporánea emprende para mudarse a su nuevo hogar. En un alto del trayecto, los padres son víctimas de la gula y un hechizo los convierte en cerdos. Su hija, Chihiro, una curiosa, impulsiva, simpática y desgarbada niña de 10 años, intenta salvarlos y, ya convertida en la heroína del relato, se sumerge en un mundo dominado por ¡8 millones! de dioses, por brujas, fantasmas, bebes gigantes, criaturas de los más diversos tamaños y dragones voladores para protagonizar historias que transcurren en inmensas casas de baños o en trenes que viajan por el agua.

No menos interesante resulta Ponyo y el secreto de la sirenita, que narra la mágica relación que se entabla entre un niño y una menuda pero poderosa princesa de los mares que ansía convertirse en humana. Una apuesta que le permite a Miyazaki sobrevolar con absoluta libertad los territorios limítrofes entre lo real y lo fantástico, concentrándose en una mitología del mar en la que se cruzan los mitos griegos, la tradición japonesa y el cuento La sirenita, de Hans Christian Andersen.

Fuente